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sábado, 30 de mayo de 2009

Terapia Infantil Gestáltica

La concepción que tiene la Terapia Gestalt de la niñez es una concepción humanista, optimista; es decir, cree en sus potencialidades y en su tendencia innata a la salud y al crecimiento. Cuando esto no es así, tratamos de descubrir qué es lo que está ocurriendo.

La Terapia Gestalt tiene una concepción holística de la persona, teniendo en cuenta la parte sensorial, la afectiva, la intelectual, la social y la transpersonal. Este es quizá el punto más específico: percibimos al sujeto como un todo, no vamos a tratar sólo una parte ni a pelearnos con la parte dañada. La idea es recuperar lo que nos dice el síntoma y favorecer el crecimiento integral del ser.

La terapia con niños y niñas va a diferir mucho dependiendo del momento evolutivo en que se encuentren, pero común en todas las edades será la importancia del Contexto: la familia, la escuela, su grupo de iguales... Se considera la interrelación de elementos del sistema familiar y su influencia recíproca, así como la de otras figuras adultas significativas.

Conceptos que ayudan a la comprensión del modelo de la Psicoterapia Infantil Gestáltica: El Darse Cuenta, el Aquí y Ahora, Figura-Fondo, El Contacto, Las Polaridades, La Satisfacción de las Necesidades, Asuntos Inconclusos, Diferenciar Sentimiento y Acción, La Confluencia, La Proyección, la Introyección, La Retroflexión, Los Sueños, La Teoría Paradójica del Cambio y El Contexto.

Si quieres leer más sobre el tema: ROS MONRÓS, Raquel (2005): "La Psicoterapia Infantil Gestáltica". Hojas Informativas de l@s Psicólo@s de Las Palmas nº79-80, pp 31-35

viernes, 29 de mayo de 2009

Anomalías de la lectoescritura: La dislexia y otros misterios

Cuando una niña o un niño, en su lectura, invierte sílabas, confunde algunas letras, titubea, se retrasa respecto al resto del grupo, etc., está en condiciones de que le sucedan las cosas más inverosímiles. [...] lo más frecuente es que las personas "especialistas", incluyendo docentes, digan a los atribulados progenitores que el niño es "disléxico", que padece "una dislexia", o que sufre una "dislexia de evolución".

¿Y qué significa realmente decir que una niña es disléxica? ¿Qué significa realmente eso que se llama "dislexia"? ¿Cuáles son las consecuencias de este tipo de actuaciones diagnósticas? [...]

En la práctica se está calificando de disléxico a cualquier niño de nivel intelectual correcto, sin anomalías sensoriales, con escolaridad aparentemente suficiente, que no aprende a leer o que no lo hace adecuadamente. Ésto es lo que está sucediendo. Obsérvese que cuando se dice de una niña o un niño que sufre de dislexia, se le está diagnosticando. No se está diciendo simplemente que no ha aprendido a leer correctamente. [...] Se está catalogando, calificando, clasificando la lectura y el niño o la niña en cuestión. Establecer una categoría diagnóstica es negar el continuum que, en otro caso, existiría entre las personas disléxicas y no-disléxicas. La disléxica es rancho aparte.

La definición de la dislexia aceptada y defendida por la Federación Mundial de Neurología reza así:
"Trastorno manifestado por la dificultad en aprender a leer a pesar de contar con una instrucción convencional, una inteligencia adecuada y oportunidades socioculturales. Depende de ciertas incapacidades cognitivas fundamentales que suelen ser de origen constitucional" (ct Gordon Millichap, 1975)
Esta definición se decanta por el "origen constitucional", es decir, por la organicidad de la dislexia. [...] Para la inmensa mayoría de "especialistas" la causa de la dislexia es un trastorno orgánico.

Y eso es lo que queda implicado en la práctica cotidiana cuando se diagnostica una dislexia. Eso es lo que se entrevé tras la etiqueta. Ésto es lo que acaban pensando los progenitores de la persona afectada y multitud de docentes involucrados en su educación. Y muchas personas diagnisticadoras de dislexia. [...] Todo va en favor de una causalidad interna, intrínseca al individuo diagnosticado. [...]

En resumen, para la mayoría, implícita o explícitamente, retraso en el aprendizaje lector es igual a dislexia. [...] Y dislexia es algo que sucede al individuo y que está relacionado con unos fenómenos descritos por [...] la organicidad.

[...] Puede discutirse si el inicio del aprendizaje de la lectura, y por consiguiente de su enseñanza, implica un grado determinado de maduración del sistema nervioso central. Y puede discutirse porque apenas hay nada tan ambiguo, confuso y contradictorio como el concepto de maduración, sobre todo aplicado al cerebro de una persona de seis, siete, ocho o más años. Puede discutirse asimismo, claro está, porque nadie ha podido jamás aislar o definir algún criterio madurativo fisiológoco propio de la lectura o la escritura. [...]

El neuropsicólogo Benton (1966), tras verse obligado a incluir en su obra el capítulo dedicado a la dislexia, lo finaliza así:
"La base neurológica de la dislexia evolutiva continúa siendo oscura. La hipótesis que establece que debe residir necesariamente sobre una verdadera afectación cerebral no se ve apoyada por un número suficiente de pruebas concretas"
Entonces, ¿por qué se sigue utilizando el diagnóstico de dislexia y, además, con esa semántica de organicidad? Analizando las cosas, contemplándolas a lo largo del tiempo, uno piensa que la única explicación posible radica en la rutina, en la ausencia de sentido crítico (y autocrítico). [...]

Quede claro que cuando se diagnostica de disléxia a una niña que no lee correctamente, y ésto se hace de modo semejante a lo que se haría ante una persona adulta de rendimiento lector parejo -por lesión cerebral adquirida o congénita (n.a.)-, [...] se está produciendo un simple fenómeno de generalización gratuita. Y las generalizaciones gratuitas se engloban, según la psicología social, en el área del prejuicio. La palabra dislexia, aplicada a un déficit en el aprendizaje de la lectura de un niño, es la manifestación de un prejuicio.

Fuente: TORO, Josep; CERVERA, Monserrat (2006): Test de análisis de lectoescritura. A. Machado libros. Madrid

jueves, 28 de mayo de 2009

Retraso del Lenguaje

¿Qué es el retraso del leguaje?
Es un retraso en la aparición o en el desarrollo de todos los niveles del lenguaje (fonológico, morfosintáctico, semántico y pragmático), que afecta sobre todo a la expresión y, en menor medida, a la comprensión, sin que esto se deba a un trastorno generalizado del desarrollo, ni a déficit auditivo o trastornos neurológicos.

La aparición del lenguaje y la expresión es más tardía de lo habitual, y se desarrolla lentamente y desfasada con respecto a lo que cabe esperar de un niño de esa edad cronológica.

Hay que diferenciar entre:
  • Retraso del Habla y Retraso del Lenguaje. En el primero sólo está afectado el nivel fonológico, mientras que en el Retraso del lenguaje están todos los códigos afectados.
  • Disfasia y Retraso del lenguaje. En la disfasia destaca la gran lentitud de la evolución y la respuesta lenta a la intervención pedagógica, mientras que en el retraso del lenguaje tiene una recuperación más acelerada y una respuesta positiva a la intervención y además se encuentra menos afectada la comprensión.

¿Quiénes son los niños y niñas con Retraso del Lenguaje?
Son niños y niñas que presentan un desfase significativo en la aparición (comienzo tardío) y en el desarrollo de la expresión (evolución lenta) que no puede ser explicado por un retraso mental, que tampoco se debe a un trastorno generalizado del desarrollo, ni a déficit auditivo, o trastornos neurológicos.

Son capaces de pronunciar sonidos aislados y grupos de sonidos, pero a la hora de su ordenación y diferenciación dentro de las palabras presentan dificultades. Luego no son trastornos tanto de la articulación fonética, cuanto de estructuración fonológica, que está atrasada para su edad cronológica. La comprensión es prácticamente normal para su edad y la actividad no lingüística se encuentra también dentro de la normalidad.

Podemos señalar como criterios significativos para detectar un retraso del lenguaje:
  • Dificultades en el desarrollo del lenguaje a nivel fonológico, semántico y morfosintáctico.
  • Repercusiones en el desarrollo de aspectos funcionales del lenguaje.
  • Comprensión alterada, pero en menor medida que la expresión.
  • Dificultades, en los aprendizajes escolares.
  • La intencionalidad comunicativa puede verse inhibida, en función de sus experiencias personales y respuestas de contexto social, familiar, etc...
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miércoles, 27 de mayo de 2009

La educación emocional en la educación infantil

Las emociones están presentes en nuestras vidas desde que nacemos y juegan un papel relevante en la construcción de nuestra personalidad e interacción social. Vivimos las emociones en cualquier espacio y tiempo, con la familia, con los amigos, con nuestro entorno, con nuestros iguales, con nuestra escuela, con nuestros educadores, etc. Por lo que la escuela es un ámbito más de conocimiento y de experiencias en el que se desarrollan las emociones. Educar significa contemplar el desarrollo integral de las personas, desarrollar las capacidades tanto cognitivas, físicas, lingüísticas, morales como afectivo y emocionales. La educación emocional adopta un enfoque del ciclo vital que se lleva a la práctica a través de programas secuenciados, que pueden iniciarse en la educación infantil.

[...] la puesta en práctica de la educación emocional no tan sólo ha enriquecido al alumnado sino también a los docentes en cuanto a su crecimiento personal y profesional. Ha unido al equipo de profesores, generando más comunicación y empatía entre ellos. Se han construido nuevos proyectos de centro, nuevas ilusiones compartidas y se ha favorecido el diálogo y el respeto.