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miércoles, 24 de junio de 2009

Violencia de género. Aproximación al problema.

La violencia de género es un grave problema que está exigiendo un análisis amplio de sus causas y de las consecuencias que está teniendo para las mujeres, lo cual permita adoptar medidas preventivas y paliativas eficaces. La gravedad del hecho se ve incrementada por el gran número de mujeres a las que afecta, pues no sólo la abrumadora cifra de víctimas mortales en nuestro país, a manos de sus excónyuges, maridos o compañeros sentimentales, sino que éstas, son sólo la punta del iceberg de las miles de mujeres que sufren algún tipo de violencia simplemente por el hecho de serlo.

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Bajo la terminología de violencia de género se pretende destacar la importancia que tiene la cultura, la mentalidad, en la misma: es decir que no es casual el hecho de que sean mayoritariamente los hombres los que agreden a las mujeres, pues el género, lo que se piensa que tiene que ser un hombre o una mujer, del agresor y de la víctima, van ligados a la explicación de dicha violencia; ésta, de hecho se produce como resultado de un proceso de dominación que sustenta, que estructura y que determina, el rol social de hombres y de mujeres y las relaciones entre unos y otras.

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Existen además una serie de características, típicas de las diversas formas de ejercer la violencia contra las mujeres, que diferencian este tipo de violencia de cualquier otro. Me voy a referir a seis de ellas:
  1. Importancia del componente social, de la cultura, de la educación, ya que no ha renunciado en la práctica a la desigualdad entre hombres y mujeres, y contribuye a mantener su situación de inferioridad. La violencia contra las mujeres se ejerce como resultado de la idea de superioridad masculina y de los valores que forman parte del código patriarcal.
  2. Tiene un carácter instrumental al ser ejercida como medio de dominación y control social. Según la declaración de las Naciones Unidas en la última Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995), la violencia contra las mujeres es consecuencia "de las relaciones de poder históricamente desiguales entre hombres y mujeres, que han conducido a la dominación de la mujer por el hombre, la discriminación contra la mujer y la interposición de obstáculos contra su pleno desarrollo". Para este hecho no hay ningún argumento biológico, sino el que culturalmente se han establecido unas tareas, unos roles de género que se interpretan de una forma desigual.
  3. Es estructural e institucional, al ser una consecuencia del entramado de las sociedades patriarcales, impregnando la cultura que difunden y las instituciones desde las que actúan, pues todas ellas tienen una manera de definirlas identidades y las relaciones entre hombres y mujeres que, no sólo producen que muchos individuos ejerzan la violencia contra las mujeres, sino que, lo que es más significativo, las posibilitan y hasta hacen que la sociedad demuestre un nivel de tolerancia que nos debe asustar.
  4. Se trata de un fenómeno social transversal a todas las clases sociales -se produce en todos los niveles socioculturales y socioeconómicos- y puede aparecer en las diferentes edades del ciclo vital de las personas.
  5. Es ideológica, ya que está influida y sustentada por la ideología patriarcal, perpetuada por la violencia simbólica, que funciona como mecanismo de control para que las mujeres la permitan. Las mujeres, al asumir los valores del patriarcado, se consideran en situación de inferioridad respecto a los hombres. Por un lado, el miedo a romper las reglas, a ir en contra del poder masculino y por otro, el considerarse inferiores y en obligación de obedecer, actúan como mecanismo de control para mantener las desigualdades establecidas.
  6. Pasa desapercibida y es difícil de advertir, de hacerla visible, de denunciarla, de reconocerla como problema y de definirla. No se hace evidente para todo el mundo en nuestra sociedad, la cual desacredita en muchas ocasiones a las personas que mediante investigaciones realizadas desde diversos ámbitos, instituciones u organismos, público o privados, la ponen de manifiesto.
Fuente: GUERRA GARCÍA, Mónica: "Prevención de la violencia de género desde edades escolares". Universidad de Sevilla. Publicado en FLECHA GARCÍA, Consuelo; GUERRA GARCÍA, Mónica; NÚÑEZ GIL, Marina (2003): Educación y Mujeres. Estrategias de Intervención. Arcibel Editores.

2 comentarios:

Asun dijo...

Muy interesante este artículo. De todos los puntos el que me parece más peligroso es el 6, pues para cambiar algo es necesario primeo darse cuenta, reconocerlo; y en el tema de la desigualdad de género, todavía estamos ahí.

Me agrada que sigáis mi blog. Espero que le saquéis partido.

Un abrazo.

CEI dijo...

Tienes razón Asun, para que cambie algo el primer paso es que ver lo que no va bien, reconocerlo y después nombrarlo; porque de otro modo no existe.

Gracias por tu comentario, valoramos mucho tu blog.

Un abrazo,
Mayte